Se me vino el cielo
y con el mi luna
te miro de reojo
Ya no es inquietante
que en tus pestañas tiesas
se divuelguen mis secretos
los "te amo"
vuelven las nieblas
los cristales, turquesa...
El ojo de buey,
observante, teme por tu íntegro ser
mientras el otro tirado en la noche fría
va "desrrumbado" como una carta bajo el sol
Y las moscas a la miel
Termino en la cama enfermo
con el sudor rasgando mi frente
y un palmetazo en la espalda es suficiente
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